viernes, 13 de mayo de 2016

Ayuda para renacer


Ayuda para renacer

Hay muy pocos amigos, de los de antes, de tiempos pasados y alegres.
Los de antes hacen ver qué me entienden.
Les pides ayuda, no hay respuesta, miran hacia otro lado.
Ya no te conocen.
Ya no te llaman.
Ya no los llamo.
Mi cara se entristece.
Ya no somos iguales, la exclusión social ha llegado a mi familia.

Conozco nuevos amigos, conocidos.
Amigos que me entienden, que me escuchan, me escriben, me aconsejan y me ayudan con un simple abrazo o con un comentario de apoyo fugaz.
Les agradezco su ayuda desinteresada y sin conocernos.

Llego el día de la entrevista.
Voy a la entrevista, me piden infinidad de papeles.
Lloro durante la entrevista.
Necesitas justificar y explicar tu precaria situación,
Una situación llamada, riesgo de exclusión Social.
Mi solicitud queda en estudio.
Voy a otra entrevista.
Me dan la respuesta a mi solicitud.
Reúno las condiciones, me dan la cartilla, gracias.

Me dirijo hacia el sitio indicado.
Llego al lugar, hora y día indicado.
Me dan una charla.

No me lo creo.
No lo entiendo.
Me sorprende ver tantas familias tristes.
Familias con hijos, sin hijos, personas anónimas.
Personas  como nosotros, que tenían un futuro, ahora roto o en pausa.

Lloro, me siento mal.
Tengo el corazón encogido.
Tengo la sensación de haber fallado a mis hijos y a mi pareja.
Nunca imaginé que llegaría a esta situación.
Me siento solo, pero con el apoyo incondicional de mi familia.
Mi pareja me consuela…me da un fuerte abrazo.

Llega mi turno.
Llorando, cojo una bolsa, un carrito, da igual.
A veces escojo yo, otras escogen por mí.
Ya tengo la comida de la semana para mi familia.
Me siento Triste y agradecido.

Gracias a esas personas que me atienden con educación, cordialidad…
Gracias a las donaciones de personas anónimas, no anónimas, empresas etc…
Haciendo que no te sientas un extraño, un bicho raro, un marginado.
Te hacen sentir persona.
Se alegran de tus sueños.
Te animan a tirar adelante.
Es lo único que pedimos y perseguimos.
Salir de esta situación de marginalidad y hundimiento.

Tenemos que tener la cabeza alta, no te avergüences.
Apóyate en tus seres queridos y amigos de verdad.
Mirar a los problemas de frente.
Haz limpieza de tu mente.
Limpia tu círculo de antiguas amistades.
Lucha y no te des por vencido nunca.
Cree solo en ti y en tu familia.
Tienes que decirte cada día que este es el principio del fin de tu situación.

Jordi Duran Baró


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